Según un reciente informe, en plena recesión económica la banca de inversión estadounidense Goldman Sachs obtuvo ganancias de más de 400 millones de dólares merced a sus especulaciones bursátiles sobre los alimentos. Invertía el dinero de sus clientes en productos como caña de azúcar, trigo y maíz, que según sus previsiones tenían perspectivas de ventas mientras caían en producción.

Frente a todas las acusaciones, la entidad financiera argumentó que las inversiones en agricultura no influyen en el costo de los alimentos, una opinión que no comparten los analistas independientes. Las propias bases de la economía sostienen que la alta demanda de las mercancías empuja inevitablemente sus precios a un incremento.